sábado, noviembre 05, 2005

Canceló sus citas. Suspiró frente al vidrio. Se empañó la ventana. Se empapó su rostro. Y en su cabeza caminaban recuerdos imprudentes. Sin cortesía, se topaban con sus pinches coloridos. A veces cuesta creer cuánto muta el environment. Puede que ya no le queden sonrisas estiradas hasta el dolor. Puede que en su dolor no haya espacio para sonrisas. Sólo sabe que sus citas no se molestaron en protestar por ser canceladas. Y que, sentada como está, aquí y ahora, nadie la necesita con urgencia.
En el vidrio empañado deslizó su dedo antes empapado, por ojos ciegos de las cosas buenas que aún quedan... y escribió: "¿A dónde he ido a parar, que no me encuentro?"

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