lunes, noviembre 28, 2005

[ e n ] c i e r r o


Días de encierro. Horas libres desgastadas. Anda, supone que todo pasará rápido. Que no sentirá dolor. Que no habrán despedidas amargas para el alma. Amalgama las ganas de ganar, con el silbido incesante en el tímpano oscuro y pegoteado. Ya no oye ni siente. No mira ni espera. No aguanta otro silencio ni otro feroz final.El humo le hiere las mucosas. Horas libres liberadas. Encierro gratuito dos por uno. Barrotes destellan luz ajena a su intento marchito por unirse a lo vital. Ni sonrisas ni anhelos. Ni cumpleaños ni navidades. Ni días ni segundos. Ni siglos ni instantes. No hay miedo ni ansiedad. Ya no hay agua ni comida. Se seca se pierde. Espera. Ya no espera. Son pocas las horas de libertad encerrada. Esperar qué. Silencio. Aire. Bocanada.
Allá afuera, todo huele mejor.

1 comentario:

Ángel dijo...

Al volver de unas cortas vacaciones descubrí tus comentarios y, por ellos, tu blog. Precioso. ¿Para quién escribes? Supongo que, como la poesía, para quien lo necesita. Es decir, también para mí. Gracias. Y besos desde Innisfree (donde ya tienes un enlace) ;)